jueves, 18 de diciembre de 2014

Resfrianex noche (de día)


Baila bien, bailar mal, esa es la pregunta o solo es bailar. 

Casi puedo ver con la imaginación del ojo cómo cualquier intento de idea se filtra por un colador llamado resfrianex, así, celestito y de loza. 

¿Cómo anda el tiempo? Me da vértigo ver hacia el ayer. Ha pasado de todo y sin embargo acá seguimos, con el Santo, codo a codo. 

Aunque la verdad, tenerlo aquí lo saca un poco de mi cabeza para que pueda pasar todo lo demás, claro, previa aduana del colador. 

La gitana me asusta… su falta de tacto y su manera de lavarse las manos de las bombas que lanza me quitó la confianza en ella. Si mi vida dependiera de su apoyo, ya estaría muerta. 

Ahora se manifiestan los gases, producto de los champiñones. 

Dunia lleva hablando media hora. No he asimilado ni una palabra. Pareciera que habla de cosas rándom que va hilando sin el menor sentido. Ahora pide participación y reina un silencio sepulcral. 

Me sorprende cómo algunas compañeras tienen el aguante para prestarle atención todas las clases. Se quedan mirándola con la vista clavada, pero no sé qué tanto entienden de sus divagaciones. 

Que Coca Cola diga destapa la felicidad es como cuando los Beatles dijeron que eran más populares que Jesús. Hay que ser Coca cola para mandarse semejante blasfemia y que la gente se lo tome con gracia. 

Mis dedos huelen a esa vez… qué jodido. 

La profe se formó a punta de teoría. 

La masa se iguala hacia abajo.

Me quiero matar con esta materia. ¡Me mato!

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