lunes, 30 de octubre de 2017

viernes, 20 de octubre de 2017

Relato alto

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Dice que cuando yo tenía cuatro años, mi mamá nos dejó. Ahí, mi papá se quedó muy triste.

Antes, dice que mi papá se vino a estudiar a Santa Cruz porque dice que quería ser profesor. ¿De qué? No sé de qué quería ser profesor, pero estudiaba para ser profesor y se casó con mi mamá y todo; pero dice que se puso muy triste cuando lo dejó por otro y no quiso estudiar más.

De ahí mi padre se dedicó a vagar por un tiempo, hasta que conoció a una mujer floja, floooja, que esa sí que fue su maldición. Como era floja y mucho lo fregaba a mi padre, él le pegaba pues. A cada rato le pegaba. De ahí, mi padre se metió a vender lotes, pero le fue mal porque no los pudo vender.

Y peor le fue cuando lo denunciaron. Lo que pasa es que esta mujer de mi padre tenía un hijo de antes, pero mi padre pues es maaal padrastro. Todo el día le pegaba al peladito. Feo le pegaba, con chicote de tres paltas. Y no fue la mujer la que lo denunció. Fueron los vecinos, que lo escuchaban cómo le pegaba al niño. Y no lo metieron preso ni nada; fue para sacarle plata nomás.


Yo, por suerte, siempre viví ahí con mi abuela. Ahora trabajo en el restaurante de mi tía, una pollería. A mí me pagan cuarenta bolivianos el día. ¿Bien, no? Y el cuarto cuesta diez. 

miércoles, 4 de octubre de 2017

Crítica de Cine - Tareita de la U - 2

Trabajo Práctico #2
Crítica de cine

Hard Candy: La riqueza del detalle

Todo comienza con los detalles: Una torta de chocolate, labios manchados y unos dedos ajenos que vienen a limpiarlos. Hard Candy está hecha para atrapar los sentidos del espectador desde el plano detalle, donde lo erótico y lo inocente se mezclan de forma perturbadora, de la mano de una joven de catorce años buscando desenmascarar a un posible pedófilo que conoció en internet.

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El argumento trata de Hayley Stark (Ellen Page), una chica de catorce años que conoce a Jeff Kohlver (Patrick Wilson) en internet y, después de tres semanas conversando, lo cita en un café. Él es 18 años mayor que ella y trabaja como fotógrafo de modelos, siendo menores de edad sus principales fotografiadas. Coquetean un poco en el café, siendo él sugerente y ella provocativa, como un conejito que va corriendo a una trampa (como se expresa en el poster de la película). Sin muchos preámbulos, terminan en el departamento de Jeff y Hayley busca el vodka en su heladera para ponerle más diversión al asunto. Cuando todo parece conducir al desastre, ambos personajes ebrios y Hayley sacándose la ropa con movimientos sensuales, pidiéndole que le saque fotos, Jeff se desmaya, despertando a una nueva realidad en la que Hayley tiene el control, él está amarrado y ella busca por todo su departamento pruebas de que él es un pedófilo. El resto de la película transcurre en el sofisticado departamento de Jeff, quien sufre una serie de torturas por parte de la maquiavélica señorita hasta llegar al extremo.

Hard Candy es la primera película del director británico David Slade, quien inició su carrera como director con videos musicales, produciendo para bandas como Muse, System of a Down y Stone Temple Pilots. De ahí su insistencia con los detalles y los sentidos, y el uso de efectos especiales de movimiento que hubieran quedado mejor en videos musicales que en una película.

Hard Candy es una película de suspenso que trata el tema de la pedofilia, los secuestros infantiles y las violaciones que se originan a través de conocer extraños en internet. Fue estrenada en el año 2005, año en el que estaba muy de moda conocer extraños en salas de chat, por lo que se dieron muchos casos de secuestro infantil en todo el mundo, en especial Estados Unidos. Por lo tanto, la película está dirigida a quienes podrían ser posibles víctimas de estos crímenes, ya que es conducida por una adolescente de catorce años que recurrentemente utiliza frases cliché que una madre siempre le dice a sus hijas: “no aceptes nada de tomar de un extraño, no vayas a la casa de un extraño, avisa a tus familiares donde están”. Al principio, Hayley repite estas frases como una niña inocente que cree que sus padres exageran, pues hace todo lo contrario a estos consejos, pero termina resultando en que fue Jeff quien debió haberse cuidado mejor.

En cuanto a guion, el tema central es bueno e importante dentro de su contexto, con un mensaje poderoso para la sociedad en busca de prevenir estos crímenes. Las escenas se desarrollan con un orden cronológico, manteniendo siempre el suspenso, y todo transcurre en dos días. La película conduce tus sentidos a entender lo que está pasando sin necesidad de escuchar los diálogos. Hay una niña coqueta y un adulto con mirada obscena, riqueza en los detalles del rostro, los ojos, los labios. Al principio se ve un cartel de “desaparecida” que ya anuncia lo que viene después. Cuando la trama se vuelca y Hayley tiene el control, los detalles continúan, pero esta vez, ella tiene la mirada despiadada y él tiene súplica, miedo y arrepentimiento. Los diálogos son entendibles y reconocibles dentro del contexto de la película por el uso de frases clichés, pero al fin y al cabo, eso es lo que hacen las personas cuando mienten, usar clichés. La película hace un buen trabajo en mantener la tensión gracias a los puntos de giro violentos y a que no se sabe realmente a dónde quiere llegar la protagonista con su accionar. Sin embargo, el desarrollo de las acciones llega a perder credibilidad cuando la protagonista parece más una detective del FBI que una simple adolescente. Ella lleva la delantera en todo, incluso cuando Jeff ya se liberó de sus ataduras. Ella está un paso adelante y tiene tiempo suficiente para fingir una castración con un vhs de medicina, fingir que se va a bañar para luego atacar a Jeff con un torito eléctrico, colgarlo con una soga del techo de su cocina, luego atar la misma soga en el techo de la casa… cuando la protagonista adquiere súper poderes, el guion se desmorona. Existe un personaje totalmente innecesario (la vecina japonesa), que es utilizado solo para asustar al espectador, para que crea por un segundo que ella podrá rescatar a su vecino, pero nada más. La película alcanza su pico de tensión después del primer punto de giro, cuando descubrimos que ella no era una inocente niña y que tiene el poder de hacer lo que quiera con ese hombre. Luego se va aflojando, como quizás se aflojaron las ideas de los guionistas que ya no sabían qué hacer con estos dos personajes metidos en un departamento y solo comenzaron a inventar situaciones que generarían tensión, como la falsa castración o las amenazas de Hayley de mandarle mails al amor de la vida de Jeff.

La actuación de ambos es excelente, sobre todo de Ellen Page, que logra cambiar de un inocente conejito a lobo feroz. Hay una ensalada de emociones brotando de ambos actores, entre erotismo, miedo, desesperación, satisfacción, todas estas expresiones captadas con sublime detalle.

Otro punto muy importante de la película es el arte y la escenografía. El departamento de Jeff es un personaje más en la historia. Su dormitorio es totalmente rosado, dando la sensación de que es el lugar donde se profana la inocencia de las menores de edad. El resto del departamento tiene las paredes azul oscuro y rojo intenso, variando los fondos para que combinen con las emociones. Durante la escena de la castración, la cámara se esconde tras una pared roja para no mostrar el miembro de Jeff. Los secretos de Jeff estaban debajo de piedras, como una tumba bajo lápida.

Hard Candy es una buena película, con muy buenos actores y un tema central de alta relevancia para la sociedad, aunque la construcción del guion es floja y poco creíble dentro de los sucesos de la película. Se valora en especial la fotografía, que hace gala de los detalles, los planos expresivos y los movimientos precisos para mantener la tensión; así como también la escenografía, que es capaz de cobrar vida propia con su fuerte identidad.


Calificación: 4 sobre 5