jueves, 18 de diciembre de 2014

29/7



Y finalmente se resolvió el misterio del misterioso hombre misterioso. Lo que inició como una ilusión hollywoodense terminó con la marquesina de neón que reza “Las cambolas de la noche no son para verlas en el día”. 

Vélez… un tipo al que ni entonces ni ahora le interesó saber mi nombre o cruzar dos palabras. Y yo, que tan ilusionada estaba con la historia, recibí la noticia como un tortazo, puesto que la vida se las dio de payasa. 

Fucking perros que despertaron a Bonzo… 

¿Y el Santo? Lo tengo que dejar ir urgentemente. Reunir fuerzas, recordar todo lo lindo y todo lo feo y… fuf, soltarlo. 

Tengo que sacarte de mi alma, no te puedo permitir herirme más. 

Me duele el ego la reacción del misterioso, o sea, encuentra a la chica con quien la pasó genial, la tiene al lado y pide que otro le charle. 

Y el tal Tessari es un primitivo. En definitiva, la próxima que Vi me quiera presentar a un amigo la voy a pensar dos veces. No comprende que estoy buscando a alguien realmente interesante. 

En realidad no busco, solo espero a que llegue con la corriente (disque). 

Todo está demasiado despelotado. No hago zumba dos días y enloquezco.

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