viernes, 16 de marzo de 2012

Pre embarque



Después de escuchar a A hablar, B se da cuenta de que la linda chica que está sentada ocho asientos a su izquierda comparte su nacionalidad; más aún, nació y se creó en la misma ciudad, en la misma clase social, con las mismas costumbres y las mismas comodidades.
Ellos no van a hablar entre sí nunca en su vida, ella es demasiado tímida y retraída –le divierte la palabra “antropofobia”, pues se identifica con ella en lo profundo de sus negaciones- y él sencillamente es el clásico chico machista, alzado y déspota… al menos eso parece.
B no puede ser tan malo, al menos es divertido y posee la admirable capacidad de reírse de sí mismo a toda honra. Está en medio de su segunda llamada internacional –bastante cara- contándole por segunda vez a algún amigo la historia de cómo llegó a la línea de aduana, tuvo que quitarse los zapatos y descubrió un enorme y vergonzoso hueco en su calcetín, mismo que tuvo que ocultar de la atractiva oficial de migración.
Textea con tal velocidad y fuerza que A, quien está sentada ocho asientos a su izquierda, puede oírlo claramente. Es obvio que A está interesada en él y desea que tome el valor aunque sea para gritarle: “oye, choca, que onda?” , como se lo va imaginando tantas veces. Y no es que B sea mínimamente atractivo –es alto, sufre de acné y su rostro no le debe nada a la belleza- pero el narcisismo de A alcanza niveles que ni siquiera ella misma puede comprender. Pero sabe que esto es una cuestión de narcisismo del bueno, del de mera sepa.
A sabe poco de B, pero con dos llamadas le bastaron para saber que estuvo en Miami tres días, vino con su madre y tiene un hueco en el calcetín. La pregunta es, ¿dónde está su madre y por qué B está sentado solo, a la derecha de A?
A no puede mirarlo de ninguna manera, ni siquiera al sacar el sneaker que hay dentro de una bolsa a la derecha de ella (siempre la belleza criolla, preciosa frase! Pa eso ella es fatiguilla! Claman unas viejas cruceñas detrás de mí … creo que es Marta…) pero no se anima a levantar la vista lo suficiente para verlo con claridad. B, en cambio, sí puede verla, está en una posición estratégica en la que puede observar sin ser observado, y mejor aun, sin la culpa de observar.
La sección cercana a la salida 23 está cada vez un poco más llena, los pasajeros con destino a Santa Cruz van cayendo al pre embarque con fluidez. Un sujeto sentado en diagonal a A la observa fijamente, sin disimulación; se puede notar que el sujeto no es ni camba ni gringo, pero se podría decir que es latino.
Unas señoras muy cruceñas, sentadas tres asientos atrás de A, hablan con una jerga tan, pero tan autóctona, que causa ternura y añoranza en A, no puede esperar ni un segundo más por estar de vuelta en su casa, en su tierra.
Ahora mismo, A mirará hacia la derecha, donde hay una ventana, y descubrirá qué hay afuera sin reparar en B. Lo logró. Sólo sabe, gracias a su borrosa vista periférica, que B viste una polera turquesa y una gorra blanca hacia atrás.
B inicia su tercera llamada internacional bastante cara. Viene solo? La nueva llamada me da a entender que sí… dice que pasó tranquilo… pregunta a alguien que si estaba ensayando con la banda, es amigo de alguien que tiene una banda? Esto cambia mucho las cosas…
Pobre sujeto, debe sentirse cómodo pensando que nadie repara en su conversación, nadie la escucha o a nadie le importa, no se le pasa por la mente que la muchacha con la laptop a su izquierda en realidad está registrando el contenido de todas sus llamadas. El sujeto a quien llamó era su primo.
No se si será coincidencia o si Aerosur compró todo el pre embarque, pero el dicto de el aire acondicionado es del tono exacto de verde de aerosur, al igual que los números y los detalles de las paredes son del color de su violeta exacto.
B sigue texteando y A sigue registrando todo lo que encuentra a su alrededor, como que alguien acaba de iniciar sesión en su Windows 7.
Hay una gringa con dos niños pequeños de más o menos 3 y 4 años, un niño y una niña. Los niños están tranquilos coloreando, jugando con un DS, sentados con propiedad. La mamá está cómodamente recostada en el suelo, bostezando muy pancha, rascándose la pierna, encontrándome mirándola… en fin, la señora está lista para una siesta mientras sus hijos están en perfecto orden y buen comportamiento. Cómo son posibles estas anomalías de la vida?
La botella de sprite de A está por la mitad cuando se da cuenta de que, a pesar de que B no ha notado su existencia, un gringo rubio y alto la mira de forma hipnotizada, parado allá, a lo lejos. Segundo sujeto que mira a A, por qué la están mirando? Como es narcisista, piensa que porque es muy bonita.
B acaba de iniciar su cuarta llamada internacional, por qué llama tanto? Ahora A sabe que B hizo su maleta a las 9:30 de la mañana. Este muchacho es increíblemente abierto. Quién será Claudia y quien va a conocerla? Está haciendo demasiadas preguntas y brindando muy poca información. Al mismo tiempo, A odia reparar en que su esmalte de uñas de un dólar ya se destrozó en poco más de 24 horas. Está ansioso por llegar, por qué tan ansioso si sólo vino por tres días? Quizás solo es el tedio de el aeropuerto. No importa que sea el final de un viaje bellísimo, todos odiamos el aeropuerto y sus eternas esperas.
Está hablando con otro sujeto sobre ver si alguna muchacha está buena para decidir si hacer algo con ella o no. Parece que ya está haciendo planes para su llegada, al igual que A ya los hizo para la suya… creo que A entendió mal, este muchacho lleva aquí mucho tiempo. 
Martes llega acá? Ahora A entiende todo, el muchacho vive en Estados Unidos y sólo está yendo por un par de días a Santa Cruz, por eso hace tantas llamadas, por eso está tan ansioso por llegar.
A acaba de darse cuenta de que es una intrusa, una fisgona…
Son las diez de la noche, la espera todavía será de una hora.
La gringa se pelea con sus hijos como si tanto ella como ellos tuvieran trece. La niña insiste en ir al baño, se nota que lo hace sólo por joder. La madre le pregunta a su hija por qué tiene que ser tan insoportable. Pubertas!
Quinta llamada internacional de B, esta vez llamó a su madre para decirle que está haciendo fila? Claro, sus llamadas pues estarán haciendo fila. B está terriblemente nervioso, dice que suda alcohol a pesar de que no ha tomado nada y que no va a dormir en toda la noche. Su hermana se llama Cecilia, le preguntó si harían algo mañana y ella le dijo que no, que se iba a quedar en la casa. Alguien se acaba de casar, pues hay una luna de miel entre medio, pero no entiendo quién o cómo. 
Un señor conocido de A acaba de interrumpirla, B sigue hablando por teléfono, pero ella perdió por completo el hilo de su conversación. De hecho, si B no estuviera hablando por teléfono, ya conocería por completo a A, pues le contó toda su vida al papá de una de sus mejores amigas, quien está por estos lares porque, casualmente, es piloto.
B bromea con sarcasmo y nos da a entender a todos los presentes que es muy escandaloso, pero creo que ya nos dimos cuenta de eso.
El que sí es lindo es el enano del counter. El le dio su boleto a A y la trató con muchísima amabilidad. Es centroamericano y está parado detrás de un mostrador justo ahora, atendiendo a los recién llegados de La Paz que hacen su entrada por la puerta F23. Si los de La Paz acaban de llegar, significa que nuestro avión también. Justo a tiempo, como en Estados Unidos.
La gringa ya volvió del baño, puteando. Sus hijos se llaman Maya y Sebastian.
10:20 pm, el tiempo parece haberse congelado, el aire está un poco más frío, las ansias me escarban en lo blando y el pre embarque se ve de pronto abarrotado.
Sí señora, ahí está el avión ya. No han dicho que ya llegó, pero los pasajeros recién llegados son la única señal que necesitamos.
A no puede contener una risita causada por el encuentro de dos señores; uno de ellos está muy sorprendido pues dice que sólo se ve con su amigo en los aeropuertos. Y gracias a una llamada telefónica, descubro que la gringa no era gringa, sino que era más colla que el chuño! Pero esa mujer es collísima! Con razón esos modales tan degenerados y la cara altiplánica de Maya. Lo increíble es su acento de gringa perfecto y el hecho de que sus niños hablen como ingleses…
El muchacho rubio que previamente estuvo mirando a A se sienta a su derecha, mucho más cerca que B, interfiriendo la comunicación.
Llegó el tiempo de embarcar!!!!

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