lunes, 27 de febrero de 2012

Mareada y confundida?

Esta es la clase de cosas que pasan pocas veces al año: vas caminando por un establecimiento público y de pronto te sentís extraño y ausente. Te entra una sensación de haber perdido el dominio sobre el espacio a tu alrededor, razón por la cual te mareás repentinamente, y te da pánico la masa viviente que viene hacia vos y que no estás seguro de si vas a poder evitar porque, quién sabe, quizás tus pasos equívocos pretendan caminar en línea recta en vez de evitar al centenar de personas que caminan en dirección contraria.
Esta sensación la tuve esta mañana, caminando en el colech hacia mi clase. En parte, creo que se lo debo a la película de anoche (una comedia negra sobre seis adictos al crack cocaine y sus respectivas ansiedades y alucinaciones), pues no puedo evitar, aunque sea por un momento, encarnarme en los personajes vistos y conocidos. Pero probablemente quizás se trate sólo de una baja neuronal masiva, esas que dan por pasarse demasiado tiempo a la computadora, y que lo dejan a uno lento, torpe y estúpido. 
La cosa ya lleva así días, manifestándose primero con el clásico "andar en las nubes", olvidando cosas que me acababan de decir y... y... no se me ocurre nada más, a eso exactamente me refiero. Luego fue que empecé a decir estupideces, pero de tal calibre que terminé ofendiendo a muchos amigos sin querer y, claro, avergonzándome después. Luego apareció una especie de quasi delirio que me llevó a tomar decisiones, determinaciones y actitudes bárbaramente inmaduras -más de lo normal- creyendo, además, que todo iba acorde a un plan maestro manufacturado por mi torcida mentecilla.
Ayer apareció la fase de borrachera no tóxica, es decir, una sensación horrible de estar como ebria sin haber probado una sola gota de alcohol. Y esta se manifestó con más fuerza esta mañana, cuando me mareé de la nada y me angustió que pudiera llevarme a todo el mundo por delante. 
Por otro lado, mis habilidades literarias han decaído considerablemente, no así las plásticas, puesto que durante los últimos días he tenido la necesidad urgente de hacer dibujitos en todo pedazo de papel que se me presente al frente. Los bordes de mis libros terminan siendo una ensalada de frases voladoras, garabatos sin propósito y un mundo vivo creciendo alrededor que logra engranar todo, pero amenazado siempre por todo tipo de armas, balas, bombas y misiles que no puedo evitar añadir. 
Necesito un psicoanalista joven. 
El sol es una papa.
Medida preventiva de emergencia anti errores imperdonables: Evitar hablar lo más que pueda con personas que me importen y a las que no quiera herir u ofender por ningún motivo.

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