martes, 21 de febrero de 2012

Cada gente...

Un post cortito para no perder la costumbre:
Cada vez que me encuentro con personas con tendencias insoportables, pseudo antisociales, pienso de inmediato, "cada gente..." Cada gente que hay en este mundo, cada cual con sus necesidades socialmente rechazadas, cada cual con su manera de entrar en el manual del insoportable.
No quisiera irme por las ramas y empezar nombrando a todas las personas a las cual les tengo un nivel de tolerancia bastante bajo, pero creo que los compañeritos del colech son una paleta lo suficientemente variada como para desarrollar el tema.
Primero tenemos a Jess, ay, Jess... es una muchacha que, en el primer día de clases, tuvo que decir su nombre, referirse a sí misma con el género femenino y hablar con un tono mas o menos de señorita para que me convenza de que es mujer, porque no tiene ni la cara ni el cuerpo de una, sino lo contrario, se parece a un amigo mio. La pobre es gordita, grandecita, cortado su cabello como hombre y además, bastante amorfa (es difícil encontrar sus pechos, considerablemente más pequeños que el resto de su masa corporal). Al principio pensé, es gordita pero no importa, debe ser buena gente e incluso interesante, si hasta dice que quiere ser veterinaria y que le apasionan los animales, parece ser muy buena onda. De hecho, ese primer día de clases cruzó unas cuantas palabras conmigo y me preguntó donde vivía, cosa que no le pude responder pues me costó algún tiempo el enterarme dónde estaba yo parada.
Los días transcurrieron y yo me hice otros amigos, con ella no volví a hablar más que para saludarla, pero no tarde mucho en darme cuenta de que, además de gordtia, es rarita... Al principio de una clase cualquiera, en vez de abrir su texto como todos los demás, se puso a jugar con su iPad de forma bastante jocosa... abrió la aplicacion de photobooth (esa en la que te podés sacar fotos a vos mismo con efectos distorcionados) y probó todas las formas de contracción, espanción, efectos de espejo ilusorio y demás chácharas que trae mientras se reía de las deformaciones que sufría la imagen de su cara. Y hay que recalcar que estuvo así mucho tiempo, hasta que, cuando la profesora pidió un voluntario para leer un párrafo, ella alsó la mano mecánicamente, sin siquiera tener abierto el texto. Vaya uno a saber por qué lo hizo.
Cada vez que la profesora pregunta si alguien vio cierta pelicula o leyó cierto libro, un grupo de personas contestan al unísono que sí, mientras de fondo se escucha un fuerte y contrastante NO. A ver, díganme, si no vio la película, por qué tiene que contestar? 
Una vez estábamos hablando de los hermanos. La profesora preguntó quien era hermano mayor, ella levantó la mano y contó su pequeño testimonio, así mismo lo hizo cuando preguntó quién era hermano menor y hermano sandwich. "Tendrá varios hermanos", pensamos, pero en definitiva no esperábamos que levantara la mano cuando preguntaron quién era hijo único, y a pesar de que la explicación de que todos los demás son hermanastros es válida, como que nos cayó pesado que acapare el tema con historias reverendamente irrelevantes. Dijo que sus hermanos tienen un sentido del humor que ella no entiende, pues no ríe sus chistes ni viceversa, pero qué le parece gracioso, jugar con el photobooth? 
Ya me explayé demasiado con una sola persona, por eso voy a dejar a los demás para posibles siguientes notas, pero falta decir que la pobre es medio lenta y desubicada... suele ponerse a escuchar música con ambos audifonos puestos, cosa de la cual me di cuenta cuando la profe dijo que iba a dar un dictado y ella no agacho la cabeza ni hizo absolutamente nada, simplemente siguió mirando a la profesora, pretendiendo que la escuchaba. De igual forma, una mañana llegamos al curso y todos los pupitres estaban demasiado lejos de la pizarra, por lo que los de adelante, adelantaron sus bancos, y lo mismo hicimos todos los demas, para nivelarnos, menos ella... Ella quedó una isla, y como estaba sentada junto a mí en vez de en diagonal, dejó demasiado atrás a mi amigo y arruinó la geometría perfecta de nuestro grupo de cuatro, sentados siempre en L.
Y digo yo, cada cual, cada gente...

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