sábado, 4 de abril de 2015

Quinceañeros


A las niñas, en los quinceañeros, los muchachos mayores, engalanados con sus mejores chalecos de seda y corbatines de satén, les daban de oler póper para aprovechar los diez segundos de embobamiento y prendérselas.
Ellas experimentaban una montaña rusa de placer interminable en cámara lenta, ellos se conformaban con el beso delincuente que arrancaban de esos tiernos labios ausentes.

Qué bien se la pasaba en esos quinceañeros. 

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