La
línea 55, en su paso por la Beni, abandonando El Arenal. Iba en el penúltimo
asiento individual, a la izquierda del micro, abstraída en la ventana. Detrás
de mí, un hombre realizó una llamada con la cara bien pegada a la ventana cerrada
para que nadie lo oyera.
- ¡Mi amor! Mi amor, qué bien que me contestaste, por
fin. No sabés cuánto me costó conseguir tu número.
Ay mi amor, cómo te extrañaba, te extraño mucho mi
vida, me muero por verte.
Yo ahora estoy aquí, en Asunción de Paraguay, pero la
próxima semana voy a estar por Santa Cruz para verte.
Sí amor, en dos semanas, que ahora estoy en Paraguay.
Te amo mi vida, te extraño. Cuando llegue te lo voy a
hacer como nunca en tu vida un hombre te lo ha hecho.
Te amo mi vida, te extraño. Ponete una foto de perfil
bonita, que todos te deseen. Que se vean tus piernas hermosas para que todos me
tengan envidia. Eso mi vida. ¿Querés ponerte una foto conmigo? Lo que usted
quiera mi amor.
La extraño, la veo la próxima semana. Adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario