martes, 30 de abril de 2019

Adiós tardío


Al Gabo no le faltó vida. Muchos llegan a sus 87 años pensando en todo lo que hicieron y en lo que no hicieron, pero este hombre, que surcó guerras y pantanos, que voló en un avión con goteras y aterrizó con este en un puerto de tablas podridas, que andaba con 10 centavos y un manuscrito bajo el brazo por los cafés de Bogotá, este hombre que escribió tantas veces y con tantas palabras distintas "que me lleve el diablo"...



Este hombre, lo que no vivió, se lo contaron para que lo escriba.
Dios no permitió que el diablo se lo lleve, pero como no podía faltar la risa, el Gabo lo llamó un jueves santo para quitarle protagonismo a Jesús.




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