viernes, 27 de noviembre de 2015

Elemental


Me resiento porque a tu lado, y sin ser tu culpa, he enterrado lo que soy y me he calzado una máscara de nada, como una duda que camina o un vacío que ocupa espacio.
Soy aire sin personalidad, invisibilidad que se siente. Me miro y no me entiendo. Te veo y me pierdo. Es tan confuso como los ventarrones que vienen por derecha y te despeinan por izquierda.
No sé a dónde fue lo que soy, ni si estará encerrado en algún rincón. Pareciera que soy agua, que adopto la forma de aquello que me contiene.
A veces también soy fuego y quiero quemar las naves; pedirte que te vayas y no saber por qué. Soy fuego que, abrumado por la hojarasca asfixiante, se enciende en destrucción y deja solo cenizas.
Luego mis lágrimas aplacan el fuego y soy tierra de nadie, estéril, inútil, puesta bajo tus pies solo para ser pisada y sostenerte.
Quizás soy gente de cuatro elementos y con estos torrentes de inspiración, descubro el quinto y me encuentro.
Quizás soy letras, o las letras son Dios, pues cuando acudo a ellas, respuestas llegan. 

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