Tu
vida y tu presente extraño me hacen pensar mucho. Tu vida es extraña y vivir
con vos es correr sobre un circuito de extrañezas deliciosas.
Todos
los días son iguales, y sin embargo, todos los días son únicos. Ahí estas,
hermosa. Ahí estás, cabreada de vivir.
Tu
falta de motivación es mi lucha y mi razón; tu exceso de confianza es mi duda y
mi temor.
Todos
los días, casa hora, minuto, segundo, encuentro una razón para dejarte y mil para
no despegarme de tu lado. Tengo millones de quejas hacia tu persona, y a la
vez, esas quejas son la razón de mi enamoramiento.
No
te entiendo, no me entiendo y no entiendo al mundo. No sé qué está pasando en
mi corazón.
Una
primavera tardía e insolente ataca a mi corazón marchito y le enseña nuevos
secretos. Le enseña que se puede florecer en la muerte; se puede florecer en el
no.
NO
es tu palabra favorita y le sigue muy de cerca ODIO. No entendemos por qué,
pero tu existencia está compuesta por un amor ilimitado que se camufla en odio
y rencor. Quizás amaste demasiado. Sin duda te decepcionaron hasta la aridez.
La apatía.
Tenés
una capacidad gigantesca de amar que condicionás a factores externos por
defensa personal.
Claro,
no es sano amar a quien te hace daño, pero la práctica de este hábito se
convierte en vicio y las barreras de la sensibilidad de cierran en tu corazón.
Tu
prójimo te regala amor al granel, vos rebalsás amor, mas tu razón te advierte
tener cuidado. Los sentimientos ya te jugaron una mala pasada y no estás lista
para romperte otra vez.
Tenés
que saber dos cosas fundamentales:
1.
Las situaciones se podrán repetir hasta el infinito, pero el resultado siempre
dependerá de la actitud que se aplique. Por esto, cada vivencia es irrepetible.
2.
Todos tenemos un propósito y una misión en este mundo que debemos descubrir.
Disney
nos ha enseñado que mientras más pronto nos lancemos al estrellato, más
posibilidades tendremos de triunfar. Por supuesto, se equivocan. El éxito y la
genialidad no dependen del tiempo, sino de la obsesión.
Todas
las personas que han tenido éxito hasta el punto de trascender se han
obsesionado e invertido horas, días, meses, años en convertirse en ese factor
variante que los hace alguien y los distingue del resto.
El
éxito está basado en la autenticidad y la excelencia. Ambos factores dependen
de la práctica de forma esencial.
La
disciplina es el arte de hacer realidad los sueños mediante el empeño, la
sistematización y la práctica.
Escribo
mucho. Lo siento. Cuando hablo siento que lo hago en vano, que a nadie le interesa.
Por eso me callo.
Cuando
hablo de más, no me importa que a nadie le interese.
Se
dice que el papel aguanta todo porque soporta los discursos insulsos de los
ebrios, las declaraciones depresivas de los olvidados y los testimonios asombrosos
de los ignorados.
De
alguna forma rara y patética descubrí mi propósito en la vida, y contrario a lo
que me esperaba, no soy la protagonista. Mi papel es el del personaje de
relleno, extraño y reservado, que se encarga de convertir la historia en
historia.
Mucho
viviremos. Mucho pensaremos y sentiremos, pero todo se borrará en el olvido sin
el testimonio oportuno de aquel que amó cada situación, cada escena, hasta el
punto de convertirla en una realidad de papel y letras que superará las
barreras de la muerte, el tiempo y el espacio.
No
soy inmortal y mi vida no es una travesía, pero mis ojos se han asombrado tanto
que pienso que otros ojos también se podrían asombrar. Otros corazones se
podrían emocionar. Otras mentes se podrían inspirar.
No
le tengo miedo a la muerte ni a la necesidad. Creo con fervor en el destino y
confío en que toda crisis es el camino hacia algo mejor. En la necesidad
aprendemos; en la muerte trascendemos. El miedo no es necesario.
Lo
que es realmente necesario es superar el miedo; superar las barreras que
nosotros mismos creamos.
Hoy
podemos tener miedo a nadar, mañana podemos ser campeones olímpicos de
natación. La clave está en asumir que podemos estar equivocados y que quizás
nuestra incapacidad es producto de razones absurdas que sí podemos superar.
El
primer paso es querer. El segundo es encontrar el cómo. El tercero es hacer.
Tu
extraña existencia me tiene pensando mucho. El encanto natural de las mujeres,
bien aplicado, puede resultar absorbente, absolutista y magnánimo. Estoy
rendida a su voluntad. Lo que ella dice es ley y lo que ella quiere es mi
deber.
¿Por
qué? Porque una sonrisa entre sus cachetes es la mejor recompensa que puede
existir. Porque mi cabeza no tiene tiempo para nada y aun así invierte todo el
tiempo en pensarla.
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