Tú sudas para
ganarte el pan, yo sudo amasándolo.
Una mujer nunca
deja de lado su responsabilidad.
Tú vas a trabajar,
vuelves y descansas. Yo no puedo descansar de la responsabilidad de que la vida
y el equilibrio de los míos dependan de mí.
No puedo descansar
de la preocupación de que todo el tiempo atenten contra lo que construyo para
ustedes con tanto esfuerzo.
Soy mujer y no
puedo descansar, porque cuando yo descanso, todo se cae.
No te caigas, no demuestres
debilidad ante el equipo.
Tu fortaleza es la
nuestra, madre, y tu martirio es tu mayor valentía.
Si se te pasa por la mente dolerte de tus penas, la culpa es solo tuya, porque tus penas están unidas a nosotros por tu cordón umbilical.
Si se te pasa por la mente dolerte de tus penas, la culpa es solo tuya, porque tus penas están unidas a nosotros por tu cordón umbilical.
No nos alimentes
de tu dolor, aliméntanos con tu pan.
Tus lágrimas no
son potables.
No woman, don't
cry.
No te diviertas
mujer, porque nos haces quedar mal.
Dependemos tanto
de ti que tu libertad nos condiciona. Es patético hacerte a un lado cuando tú
eres todo lo que somos, fuimos y seremos.
Sin
ti, mujer, sin el café que me preparas y la ropa que me lavas, no empieza el
día.
Pero tú, con tu
infinito amor, te llenas de culpa. Cómo se te ocurre pensar que nosotros
merecemos más amor que tú. Cuánto te hemos mentido, cuánto te hemos manipulado,
si ni siquiera somos capaces de curar una fiebre sin ti.
Cómo se nos ocurre
dejarte encerrada en casa, cómo se nos ocurre maltratarte...
Tu sabiduría es
superior y nosotros somos estúpidos por relegarla a las ollas y los trapos.
Mujer, si los hombres nos dedicáramos a hacer pan y no guerra, quizás moriríamos de hambre, pero no de horror.
Mujer, si los hombres nos dedicáramos a hacer pan y no guerra, quizás moriríamos de hambre, pero no de horror.
Solo quisiera que,
por un instante, alguien fuerte me cuidara, agarrara toda la responsabilidad
que tengo con los demás y me despojara de ella para tener un poco de paz.
Qué alto es el precio que pagamos por un poco de atención, por un poco de afecto.
Lo que regalamos a granel nos cuesta tanto que se nos va la vida en ello.
Y sin embargo, hay algo ahí dentro, una magia que nos pone lindas y nos permite coquetear, sonreír, bailar...
Qué alto es el precio que pagamos por un poco de atención, por un poco de afecto.
Lo que regalamos a granel nos cuesta tanto que se nos va la vida en ello.
Y sin embargo, hay algo ahí dentro, una magia que nos pone lindas y nos permite coquetear, sonreír, bailar...
Una mujer en
tragedia puede bailar con más alegría que un hombre feliz, porque si eso no
sucede, no hay fiesta. Así de simple.
Tu inteligencia es
superior a pesar de tu ingenuidad, a pesar de tu credulidad, a pesar de la
falta de información. Tomas lo poco y lo conviertes en mundo.
La mujer es como
la química: todo lo que existe es producto de una mujer.
Si dios existiera,
sería mujer, pero como el diablo existe, nos hizo creer a todos que dios es
hombre.
Tú eres un pilar
muy fuerte para nosotros, no puedes estar así.
Las mujeres pueden
reparar un jarrón roto porque se especializaron en colar los pedazos de su
propio corazón.
La crisis no es
una opción cuando tus allegados dependen de ti.
A los hombres les
gusta jugar a la guerra. A las mujeres les gusta jugar a la familia. ¿Natural o
cultural?
Nos sometemos al
dolor para deshacernos de esos mínimos defectos que los hombres no aceptan en
nosotras, como el vello en las piernas, y sin embargo a ellos nadie les reclama
ser deformes.
Solo piden. La
mujer solo da, y pobre de ella que pida algo a cambio, y pobre de ella que no
lo quiera dar todo.
Vamos, muévete
hijo, no soporto ver la dificultad con que se mueve la vida a través de ti.
Muévete. Mi misión de madre es que llegues a tu destino sano y salvo, pero para
eso tienes que moverte. Es mínimo lo que te pido, el resto lo hago yo, y si me
regalas una flor del campo, de esas que abundan, tienes comprada mi adoración.
Los detalles.
Tanto se dice de los detalles. Los detalles son una habilidad exclusiva de las
mujeres.
Pero cómo duele cuando faltan...
Pero cómo duele cuando faltan...
Cuando nos
enamoramos, ponemos cara de "qué suerte tengo de estar con este
hombre", cuando en realidad es todo lo contrario.
Seremos madres de
quien necesite una madre. Daremos amor a quien lo merezca y también a quien no.
El pavo real
blanco ostenta pureza.
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