domingo, 13 de mayo de 2012

Almuerzo familiar


El menú de hoy son tiras a la parrilla acompañadas con arroz graneado, yucas, llajua, ensalada de papas imillas, ensalada de lechuga y tomate, y una sola palta para compartirla entre todos, los ocho que son.
_¿Y cómo está Teté? _le pregunta María a Ana.
_Ahí anda hija, poniendo la cara por las deudas de Rosita.
_Esa mi prima siempre fue loca _interrumpe Luis_ ¿se está volviendo para quedarse?
_ No, sólo viene de vacaciones _aclara Yeyo_ tiene ciudadanía estadounidense desde que se casó con un gringo así que viene para ver a sus hijos y se vuelve a ir sin problemas.
_Aaahh… ¿Se casó nomás con un gringo? _ pregunta Delmira.
_Sí pues mami, si te conté ayer. A ver, te lo repito: Rosita siempre soñó con casarse con un rico. Cuando era pelada, tenía su cortejo que supuestamente era el amor de su vida, que lo adoraba y con el cual se iba a casar, pero como el pobre Felipe siempre fue de familia humilde, y la de acá se daba la vida de millonaria a punta de préstamos, lo dejó a su amado y se casó con Chumi, lo que no sabía es que el camba este, además de sonso e inútil, no trabajó nunca en su vida y se le estaba acabando la herencia.
_ ¿Y cómo es que se fue a Estados Unidos? _ interrumpe Luis.
_ Así nomás pues _responde Ana para continuar con su historia_ se volvió a contactar con Felipe porque él había conseguido trabajo allá, fue sacando todos los días un poco de ropa de ella y de sus hijos, armando las maletas donde la alcahueta de Teté, hasta que una noche le dijo a Chumi que se iba a una cena con sus hijos y que volvía a las once, pero peló directo para Viru Viru.
_¡Cómo hacerle eso al marido! _exclamó de pronto Luis_ hacerlo pasar por esa angustia y quitarle así a sus hijos.
_Así es _siguió Ana_ dicen que lloraba como un niño en casa de Teté, y ella, pobre, después tuvo que poner la cara por todas sus deudas.
_ ¿Se fue endeudada Rosita? _preguntó María_ ¿con qué?
_Hija, si te contara, ¡debía como diez carteras y veinte pares de zapatos en Casa Elena! ¿no te digo que se las daba de millonaria?
_Ay no, ¡qué barbaridad! _interrumpió Delmira, indignada_ ¿Y quien era esa?
_Y ya después allá _continuó Ana, ignorando a su madre_ lo dejó a Felipe y se casó con un gringo millonario y viejo.
_Y Chumi tardó como seis meses en ir, como jardinero, para traerlos a sus hijos _aclaró Yeyo_ porque encima, la rufiana de Rosita los hizo cómplices a los chicos para que le saquen el pasaporte al padre antes de irse.
_Esa Rosita siempre fue pícara _dijo Luis_ desde chica.
_Y como no se aburre, no se deprime _completó María_ siempre está maquinando qué hacer, de dónde sacar plata, a quién estafar…
Y cambiaron de tema, los impuestos nacionales parecían más interesantes.

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