Trabajo Práctico #2
Crítica de cine
Hard Candy: La riqueza del detalle
Todo comienza con los detalles: Una
torta de chocolate, labios manchados y unos dedos ajenos que vienen a
limpiarlos. Hard Candy está hecha para atrapar los sentidos del espectador
desde el plano detalle, donde lo erótico y lo inocente se mezclan de forma
perturbadora, de la mano de una joven de catorce años buscando desenmascarar a
un posible pedófilo que conoció en internet.
El argumento trata de Hayley Stark (Ellen
Page), una chica de catorce años que conoce a Jeff Kohlver (Patrick Wilson) en
internet y, después de tres semanas conversando, lo cita en un café. Él es 18
años mayor que ella y trabaja como fotógrafo de modelos, siendo menores de edad
sus principales fotografiadas. Coquetean un poco en el café, siendo él
sugerente y ella provocativa, como un conejito que va corriendo a una trampa
(como se expresa en el poster de la película). Sin muchos preámbulos, terminan
en el departamento de Jeff y Hayley busca el vodka en su heladera para ponerle
más diversión al asunto. Cuando todo parece conducir al desastre, ambos
personajes ebrios y Hayley sacándose la ropa con movimientos sensuales,
pidiéndole que le saque fotos, Jeff se desmaya, despertando a una nueva
realidad en la que Hayley tiene el control, él está amarrado y ella busca por
todo su departamento pruebas de que él es un pedófilo. El resto de la película
transcurre en el sofisticado departamento de Jeff, quien sufre una serie de
torturas por parte de la maquiavélica señorita hasta llegar al extremo.
Hard Candy es la primera película del
director británico David Slade, quien inició su carrera como director con
videos musicales, produciendo para bandas como Muse, System of a Down y Stone
Temple Pilots. De ahí su insistencia con los detalles y los sentidos, y el uso
de efectos especiales de movimiento que hubieran quedado mejor en videos
musicales que en una película.
Hard Candy es una película de
suspenso que trata el tema de la pedofilia, los secuestros infantiles y las
violaciones que se originan a través de conocer extraños en internet. Fue
estrenada en el año 2005, año en el que estaba muy de moda conocer extraños en
salas de chat, por lo que se dieron muchos casos de secuestro infantil en todo
el mundo, en especial Estados Unidos. Por lo tanto, la película está dirigida a
quienes podrían ser posibles víctimas de estos crímenes, ya que es conducida
por una adolescente de catorce años que recurrentemente utiliza frases cliché
que una madre siempre le dice a sus hijas: “no aceptes nada de tomar de un
extraño, no vayas a la casa de un extraño, avisa a tus familiares donde están”.
Al principio, Hayley repite estas frases como una niña inocente que cree que
sus padres exageran, pues hace todo lo contrario a estos consejos, pero termina
resultando en que fue Jeff quien debió haberse cuidado mejor.
En cuanto a guion, el tema central es
bueno e importante dentro de su contexto, con un mensaje poderoso para la
sociedad en busca de prevenir estos crímenes. Las escenas se desarrollan con un
orden cronológico, manteniendo siempre el suspenso, y todo transcurre en dos
días. La película conduce tus sentidos a entender lo que está pasando sin
necesidad de escuchar los diálogos. Hay una niña coqueta y un adulto con mirada
obscena, riqueza en los detalles del rostro, los ojos, los labios. Al principio
se ve un cartel de “desaparecida” que ya anuncia lo que viene después. Cuando
la trama se vuelca y Hayley tiene el control, los detalles continúan, pero esta
vez, ella tiene la mirada despiadada y él tiene súplica, miedo y
arrepentimiento. Los diálogos son entendibles y reconocibles dentro del
contexto de la película por el uso de frases clichés, pero al fin y al cabo,
eso es lo que hacen las personas cuando mienten, usar clichés. La película hace
un buen trabajo en mantener la tensión gracias a los puntos de giro violentos y
a que no se sabe realmente a dónde quiere llegar la protagonista con su
accionar. Sin embargo, el desarrollo de las acciones llega a perder
credibilidad cuando la protagonista parece más una detective del FBI que una
simple adolescente. Ella lleva la delantera en todo, incluso cuando Jeff ya se
liberó de sus ataduras. Ella está un paso adelante y tiene tiempo suficiente
para fingir una castración con un vhs de medicina, fingir que se va a bañar
para luego atacar a Jeff con un torito eléctrico, colgarlo con una soga del
techo de su cocina, luego atar la misma soga en el techo de la casa… cuando la
protagonista adquiere súper poderes, el guion se desmorona. Existe un personaje
totalmente innecesario (la vecina japonesa), que es utilizado solo para asustar
al espectador, para que crea por un segundo que ella podrá rescatar a su
vecino, pero nada más. La película alcanza su pico de tensión después del
primer punto de giro, cuando descubrimos que ella no era una inocente niña y
que tiene el poder de hacer lo que quiera con ese hombre. Luego se va
aflojando, como quizás se aflojaron las ideas de los guionistas que ya no
sabían qué hacer con estos dos personajes metidos en un departamento y solo
comenzaron a inventar situaciones que generarían tensión, como la falsa
castración o las amenazas de Hayley de mandarle mails al amor de la vida de
Jeff.
La actuación de ambos es excelente,
sobre todo de Ellen Page, que logra cambiar de un inocente conejito a lobo
feroz. Hay una ensalada de emociones brotando de ambos actores, entre erotismo,
miedo, desesperación, satisfacción, todas estas expresiones captadas con
sublime detalle.
Otro punto muy importante de la
película es el arte y la escenografía. El departamento de Jeff es un personaje
más en la historia. Su dormitorio es totalmente rosado, dando la sensación de
que es el lugar donde se profana la inocencia de las menores de edad. El resto
del departamento tiene las paredes azul oscuro y rojo intenso, variando los
fondos para que combinen con las emociones. Durante la escena de la castración,
la cámara se esconde tras una pared roja para no mostrar el miembro de Jeff.
Los secretos de Jeff estaban debajo de piedras, como una tumba bajo lápida.
Hard Candy es una buena película, con
muy buenos actores y un tema central de alta relevancia para la sociedad,
aunque la construcción del guion es floja y poco creíble dentro de los sucesos
de la película. Se valora en especial la fotografía, que hace gala de los
detalles, los planos expresivos y los movimientos precisos para mantener la
tensión; así como también la escenografía, que es capaz de cobrar vida propia
con su fuerte identidad.
Calificación: 4 sobre 5
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