sábado, 19 de agosto de 2017

El pobre docente y el peor semestre

Pobre docente, le tocó dar Crítica de Cine al peor semestre de la historia de los semestres. El hombre tiene que hablar a gritos, haciendo énfasis en la progresiva muerte del cine a manos de la industria y la falta de cultura cinematográfica del público, sobre la gruesa cama de murmullos de quienes lo ignoran.
Un par de chicos se pone a ver un video con el sonido activado mientras el docente, con todo el arte de su verba, intenta explicar la diferencia entre cine digital y químico. A su vez, procesiones marchan para afuera, desinteresadas de su perorata tecnológica.
El docente usa la vieja excusa del “estoy resfriado, no puedo hablar muy fuerte” para pedir silencio, pero no lo pide en realidad, solo deja la afirmación al aire como un vestigio de que intentó hacer algo en contra de la marejada de bulla.
Una falsa rubia se ríe con chillidos. Es un abanico de risas. Pobre docente. Los agudos de las chicas se mezclan con los graves de los chicos, retumbando en los ángulos del salón para provocar una avalancha sonora que arrolle al docente una y otra vez, como lo hace el mar con un niño que va por primera vez a él.
El docente anuncia que pondrá una escena de El Bueno, El Malo y El Feo, y todos corean “oooh…” como  “¿por qué mejor no pone una de Shreck?”. Y les aburrió la escena. Ahora habla del jazz y de cómo los genios del jazz improvisan para impulsar al jazz (improvisación de jazz), no así, la improvisación perjudicial.
De alguna manera, todo lo que está diciendo es tan aburrido y rebuscado que ha logrado aplacar la bulla de la multitud. Se aburrió hasta el sonido. Sueños colectivos, problemas de la cultura social, súper marketing bombardeador, bagajes de cine y otros disfrutes, divaga el docente.

La clase viene con jueguito, qué ingenioso el docente. Adivina el nombre de la película viendo la escena. Está difícil. Es para gente que mira los Óscares.  Paso en esa categoría #películas2016. Ahora es un griterío, como el jueguito de la silla. Un solo griterío. No están tan mal en cultura cinematográfica, porque aciertan películas que yo ni idea. De pronto la cosa se pone fácil y salen películas como Harry Potter, El Señor de los Anillos y el Rey León. Gritan como en la piñata, o mejor dicho, como cuando suena el timbre de salida en el colegio, o como cuando no solo es el timbre de salida, sino que además es el último día de clases y estás en segundo básico. Así gritan.
No lo aguanto más, me voy sin descubrir en qué termina esta reñida pelea por Adivina la Película viendo La Escena. ¿Ganarás tus puntos extras? Descúbrelo hoy, solo en Comunicación Audiovisual

2 comentarios:

  1. ¡Este texto te salió increíble! La forma en que plasmas tu suposicion de las emociones ajenas te es muy dolorosa, desesperante. Ponerte en los zapatos de las personas es muy difícil y plasmarlo en un texto aún peor. Tuve situaciones parecidas en algún curso de la U, sentir que una persona con un conocimiento increíble no me enseñaba todo lo que podría debido al desinterés de gente que realmente no ama lo que estudia. Se siente tan... Desperdiciado.

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    1. Zagal muchísimas gracias por tu comentario!! Me alegra mucho que te agrade el texto y espero que podás seguir leyendome! Gracias mil!

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