Y como buena
exnovia deprimida que a mucha honra era, se sacó el disfraz del día y se arropó
con pijama, mantita y chompa del exnovio para empezar su jornada laboral entre
mimos y helado.
Le es tan
nueva la sensación, tan fascinante la pena, tan emocionante la angustia, que su
sentimiento no se decide entre placer y dolor.
Qué complejos
somos los seres vivos. Qué infinitos.
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