jueves, 4 de octubre de 2012

El ciclo anual


Al principio, cuando era niña, cada año era un mundo nuevo, pero desde cierto punto, los años empezaron a convertirse en ciclos que varían en función a la madurez que voy adquiriendo.
Una o dos veces al año, desde hace tres años, me enfermo gravemente, así como una o dos veces al año, desde hace tres años, cometo un gran error con terribles consecuencias, casi siempre del tipo ilegal.
El ciclo de las enfermedades y los errores se rompe con el último, cuando el error es tan drástico y la pérdida tan valiosa, que no quedan ganas de volver a pecar en el resto de la vida. Suena a exageración, pero la conciencia queda atenta a cualquier oportunidad de meter la pata, claro, para evitarlo.
En cuanto a las enfermedades, van a aparecer hasta que me convierta en una mujer que sabe cuidarse y prevenir, luego voy a estar parcialmente sana por una o dos décadas,  y luego la vejez se encargará de lo demás.
Desde hacen siete años, tengo uno o dos grandes amores por año, y con todos ellos he soñado un futuro encantador que nunca llega  a destino.
El ciclo de los amores anuales ya acabó, ese sí con certeza, cuando dejé de soñar y empecé a construir.

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